BIM en el ciclo de vida de los proyectos
Tradicionalmente, sin el uso de herramientas BIM, podríamos resumir que un proyecto se divide en etapas de Diseños, Presupuestación, Construcción y Operación. Los diseñadores; arquitectos, ingenieros y demás especialistas, gastan valiosas horas pensando en cómo debería ser un edificio, después los presupuestadores, estiman cuanto podría costar la construcción del proyecto, para que después un tercero construya el edificio y finalmente alguien lo opere y administre y a lo largo de cada una de estas etapas del proceso, se va adquiriendo y acumulando gran cantidad de conocimiento sobre el proyecto, pero que no siempre es documentada y transmitida de etapa en etapa, restándole valor al proyecto.En el proceso tradicional, normalmente sucede lo siguiente:
- En la etapa de diseño (asumiendo incluso que la tapa de diseño se desarrolló de forma integrada entre sus consultores) los diseñadores, no solo arquitectos sino de las demás especialidades, van acumulando un montón de conocimiento detallado del proyecto e incluso se imaginan como deberían quedar construidos muchos de los detalles que son esencia del proyecto, y cuando los diseños están lo suficiente maduros, se los pasan a los presupuestadores y constructores del proyecto, pero mucha de esta información no se documenta o sencillamente queda en la cabeza de los diseñadores sin ser transmitida.
- Los presupuestadores, realizan el mismo proceso, definen las actividades de obra y cuantifican cantidades con base en lo que reciben dejando de lado muchos detalles que hacen parte del proyecto y al final como es natural, llenan los espacios en blanco del proyecto de acuerdo a su propia experiencia y alimentan esto a los constructores, en este punto, muy seguramente el proyecto que pensaron los diseñadores no es el mismo que se presupuestó y probablemente no será el mismo que se construya.
- Los constructores, con base en la información recibida construyen el edificio siendo quienes al final “definen” el edificio que se construye, e innegablemente son quienes tienen el mayor conocimiento del edificio completo pues literalmente lo han hecho y lo han podido tocar, saben dónde están los errores, por donde realmente van las redes y sistemas, al terminar el edificio, es cuando se tiene el mayor conocimiento posible del mismo, pero hasta aquí llega, pues es poco frecuente que se actualice la información y se desarrolle algo más allá de una planimetría record.
- Una vez entregado el edificio y la información que se tenga del mismo al operador, este debe comenzar prácticamente de cero, a conocer el edificio, saber qué, donde y como tiene los sistemas dentro del mismo, definir cuando debe hacer mantenimiento o cambiar algo porque ha cumplido su ciclo de vida e incluso averiguar la especificación y proveedor de cualquier elemento como luminarias, equipos, etc. haciendo que la operación se vuelva costosa en dinero y en tiempo.
Esta curva de aprendizaje, que no solo lleva tiempo sino que en su desarrollo tiene caídas importantes es suavizada al desarrollar un proyecto a lo largo de su ciclo de vida bajo la metodología BIM con un proceso de diseño, construcción y operación integrado en el cual, el registro, almacenamiento y actualización de la información garantiza perdidas casi nulas de esta información.
A la final, un edificio es un activo dinámico y prácticamente vivo, que al tener una simulación digital del mismos y al analizarlo es posible entender cómo funciona, cuántos recursos consume, de que materiales esta hecho, cada cuanto hay que hacerle mantenimientos preventivos y correctivos, etc.
No podemos desconocer que durante miles de años, hemos utilizado dibujos bidimensionales para diseñar y construir edificios, y tampoco podemos desconocer que esto con frecuencia ha tenido resultados inesperados, es común que las cosas se resuelvan en obra. La tecnología y metodología usada en BIM, nos permite cambiar esto al tener no solo dibujos sino un modelo virtual de cómo se comporta el edificio y cambia la forma en que trabajamos y desarrollamos los proyectos de construcción haciéndolos más eficientes y rentables durante todo su ciclo de vida y mejorar radicalmente la forma en que se crean, construyen y utilizan las construcciones.
Tradicionalmente un proyecto se divide en etapas de Diseños, Presupuestación, Construcción y Operación. Los diseñadores tiempo pensando en cómo debería ser un edificio, después los presupuestadores, estiman cuanto podría costar, para que después un tercero construya el edificio y finalmente alguien lo opere.
A lo largo de cada una de estas etapas del proceso, se va adquiriendo y acumulando gran cantidad de conocimiento sobre el proyecto, pero que no siempre es documentada y transmitida de etapa en etapa.
Esta curva de aprendizaje, que tiene caídas importantes es suavizada al desarrollar un proyecto bajo la metodología BIM con un proceso integrado.
Durante miles de años, hemos utilizado dibujos para diseñar y construir edificios, tenido con frecuencia resultados inesperados, pues es común que las cosas se resuelvan en obra.
La tecnología y metodología usada en BIM, nos permite cambiar esto al tener no solo dibujos sino un modelo virtual de cómo se comporta el edificio y cambia la forma en que trabajamos y desarrollamos los proyectos de construcción haciéndolos más eficientes y rentables durante todo su ciclo de vida y mejorar radicalmente la forma en que se crean, construyen y utilizan las construcciones.
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